Historia de Éxito: Cuando un Accidente Laboral Amenaza con Quitarlo Todo
- Emily Angarita
- 2 jul
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 15 jul
Marina Lupe Márquez, una dedicada empacadora en una reconocida empresa de diseño y fabricación de productos de iluminación, jamás imaginó que un simple movimiento en su rutina laboral marcaría un antes y un después en su vida.
El 31 de julio de 2024, con solo tres meses en su puesto, Marina realizaba sus tareas diarias levantando y empacando lámparas pesadas. Ese fatídico día, mientras alzaba una lámpara de aproximadamente 100 libras, sintió una extraña y dolorosa sensación que se extendió desde los dedos de su mano derecha hasta la parte posterior de su cuello, dejándola con una sensación de alerta que no pudo ignorar.
Asustada y temiendo lo peor, Marina notificó de inmediato a su supervisor, quien le aconsejó buscar atención médica urgente. Lo que comenzó como un dolor agudo se transformó rápidamente en una verdadera pesadilla. Los síntomas de Marina, que incluían decoloración morada y un intenso dolor en su mano y brazo derecho, además del malestar en su cuello, indicaban una lesión grave que afectaba su capacidad para realizar sus actividades diarias y, por supuesto, para trabajar.
El Desafío Inesperado:
Inicialmente, Marina recibió atención médica y terapias, e incluso algunos beneficios de compensación semanal por parte del seguro de la empresa. Sin embargo, su esperanza se desvaneció cuando un médico, al que fue referida en septiembre, sugirió sin bases sólidas que su dolencia era el resultado de una lesión antigua. Esta opinión, a pesar de que Marina no recordaba ningún accidente previo de tal magnitud, fue suficiente para que su empleador suspendiera las terapias y la ayuda económica. De repente, Marina se encontró sin los tratamientos necesarios y sin ingresos, con su cuerpo dolorido y su futuro incierto, especialmente después de ser despedida en septiembre de 2024.
Nuestra Intervención:
Fue en este punto crucial cuando Marina, referida por su amiga Yolanda Núñez, se puso en contacto con nuestra agencia a través de nuestra página de Facebook, Justicia Latina. Mediante mensajes, nos relató su situación y nos proporcionó su número telefónico. De inmediato, comprendimos la urgencia y la injusticia de su caso. Uno de nuestros operadores se comunicó con ella, escuchó su historia y recopiló detalles cruciales que serían presentados a uno de nuestros abogados para su adecuada gestión, comprometiéndonos a luchar por sus derechos.
Sabíamos que la clave era refutar la afirmación de que su lesión era "antigua". Por ello, nuestro equipo multidisciplinario, junto al abogado, se enfocó en:
Documentar la cronología del accidente y sus consecuencias: Esto ayudó a demostrar la inmediatez de sus síntomas tras levantar la lámpara pesada.
Recopilar toda la evidencia médica: Incluimos registros de su primera visita médica y los resultados de la resonancia magnética (MRI) que confirmaban una lesión reciente y grave.
Evaluaciones exhaustivas: Esto permitió obtener una segunda opinión médica, asegurando que su condición fuera evaluada correctamente.
Consultar a expertos médicos: Buscamos la opinión de especialistas que pudieran vincular claramente la lesión de Marina con el esfuerzo realizado en su trabajo.
Reclamación de compensación: Nuestro abogado explicó a Marina sus derechos y la ayudó a presentar una reclamación formal, asegurando que su caso fuera considerado adecuadamente.
Negociar firmemente con la compañía de seguros: Presentamos un caso irrefutable, destacando la responsabilidad del empleador y la conexión directa entre el accidente y las lesiones de Marina.
Un Nuevo Comienzo:
El punto de inflexión llegó cuando presentamos pruebas médicas contundentes que desmentían la teoría de la lesión antigua, demostrando que el dolor y los síntomas actuales de Marina eran directamente atribuibles al incidente en la empresa. No cedimos ante la resistencia de la aseguradora, luchando por cada beneficio que Marina merecía.
Gracias a la tenacidad de nuestro equipo, Marina Lupe Márquez obtuvo la justicia que merecía. Logramos que se restablecieran sus beneficios de compensación al trabajador, incluyendo la cobertura de todos sus gastos médicos pasados y futuros relacionados con el accidente, así como el pago de la compensación laboral que le correspondía.
Hoy, Marina puede acceder a la terapia y el tratamiento médico que necesita para recuperar la movilidad y aliviar el dolor, permitiéndole retomar el control de su vida. Aunque el camino fue difícil, nuestra agencia se aseguró de que no lo recorriera sola. La historia de Marina es un testimonio de que, incluso frente a la adversidad y la negación de una aseguradora, con la asesoría legal adecuada, la justicia y la recuperación son posibles.
Si tú o alguien que conoces está pasando por una situación similar, no te rindas. En Justicia Latina, estamos listos para luchar por ti. Porque tu bienestar no es negociable.
¡Contáctanos hoy mismo y da el primer paso hacia tu recuperación!
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